Ollanta Humala ha dicho que no tiene nada que ver con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pero se niega a reconocer públicamente que su gobierno es una dictadura. Hace apenas unos días aseguró que no tiene ninguna relación con el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil –la agrupación del expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva y de la actual mandataria Dilma Rousseff–, pero el diario Folha do Sao Paulo confirmó que la forma de hacer campaña del PT ya se ha exportado al Perú. La sombra de ambos regímenes acompaña hoy la campaña del candidato de Gana Perú.
El rotativo paulista reveló ayer, con nombres y apellidos, que el militar en retiro está recibiendo, desde enero pasado, el apoyo de dos asesores del partido gobiernista brasileño. Se trata de Luis Favre y Valdemir Garreta, de la empresa FX Comunicación Integral. El primero fue esposo de la exalcaldesa de Sao Paulo Marta Suplicy (PT) y el segundo fue secretario municipal de Comunicaciones durante la gestión de la citada exburgomaestre.
Los consultores le habrían recomendado a Humala que tome distancia de su hermano Antauro –quien se encuentra preso por las muertes del ‘Andahuaylazo’– y se aleje de la imagen de nacionalista radical para poder atraer los votos del sector empresarial privado.
También le habrían sugerido al militar que adopte un discurso menos ideológico, similar a la estrategia que utilizó Lula en la campaña de 2002 con su consigna “Lulinha paz y amor” –la cual habría sido ideada por Favre– y que suscriba el “Compromiso con el pueblo peruano”, que es prácticamente una repetición de la “Carta a los brasileños”, que lanzó el exmandatario de ese país.
La estrategia, en buena cuenta, es similar a la que utilizó el brasileño Joao Santana para catapultar a Lula, pero en la campaña peruana su participación se habría limitado a la elaboración de una encuesta, que es la base de la táctica elaborada por Favre y Garreta.
Fue precisamente el vocero de Gana Perú, Daniel Abugattás, quien confirmó a Perú.21 la participación en la campaña electoral de Humala de los dos asesores de Lula, que antes su líder había negado.
Aunque el parlamentario nacionalista descartó que Favre y Garreta hayan participado en la redacción del discurso que, durante el debate electoral del domingo, leyó el candidato presidencial, señaló que “desde hace aproximadamente siete semanas ellos nos están enviando diagnósticos sobre marketing electoral”, y apoyan en la elaboración de encuestas para monitorear el posicionamiento de Humala.
EL COMANDANTE XÉROX. Y si bien Humala también ha intentado marcar distancia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, lo cierto es que los puntos neurálgicos de su plan de gobierno revelan que este no es más que una copia del proyecto gubernamental que, por doce años, ha aplicado el mandatario venezolano y que ha terminado por perjudicar a ese país.
De hecho, según el presidente de la ONG Liderazgo y Visión, el venezolano Alonso Domínguez, la propuesta de Humala de cambiar la Constitución,* “forma parte principal de la franquicia chavista,* es el primer paso de este modelo. No en balde hubo constituyente en Ecuador y en Bolivia, es una receta que les ha funcionado porque a través de esta reforma garantizan que quien está en el gobierno controle el resto de las instituciones públicas”.
Y cual alumno fiel, Humala también ha copiado del proyecto de su amigo Chávez la nacionalización de los servicios públicos –lo que consta en el documento de Gana Perú– y aunque ahora afirma que esto no se traduce en estatización, lo mismo dijo en 1998 su amigo venezolano.
“En Venezuela se nacionalizó el teléfono, las compañías eléctricas, empresas petroleras, el agua potable y todo esto ha llevado a demandas ante organismos internacionales que más tarde o más temprano tendremos que pagar. Este tipo de proyectos no tienen otro objetivo que controlar la sociedad y manejarla a través de los servicios básicos”, dice Domínguez.
Pero si eso no fuera suficiente, la propuesta de Humala de “poner los medios de comunicación al servicio de la democracia”, también es parte del proyecto chavista cuya ejecución ha debilitado, en Venezuela, la libertad de información y expresión.
Así lo explica Ricardo Sánchez, diputado de la Asamblea General de Venezuela, quien indicó que “con la excusa de democratizar el espectro radioeléctrico se expropiaron varios canales y radios. Pero la pregunta es ¿qué es esa democratización?
En Venezuela en ese proceso no participó nadie, ni periodistas, ni empresarios, ni camarógrafos, nadie excepto Chávez, y para justificar el cierre de los medios siempre busca enemigos… que si la CIA, el imperio, que los medios golpistas, etc”. Finalmente, la ‘revisión’ de los convenios internacionales que propugna Humala ha llevado, en Venezuela, a que no exista estabilidad jurídica y, menos aún, inversión privada nacional o extranjera.
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